LESIONES OSEAS TRATADAS CON LA MEJOR TECNOLOGÍA
Las lesiones óseas en deportistas, como fracturas y sobrecargas, requieren atención especializada. En nuestra clínica contamos con equipos especializados para una recuperación más rápida.
Lesiones Oseas más comunes
PERIOSTITIS
Se produce por una inflamación del periostio
que cubre la diáfisis del hueso por dos
motivos:
Traumatismo directo: Se producen por el clásico golpe directo, como por ejemplo, en la espinilla.
Sobrecarga:
Se produce una inflamación en el periostio por causa desconocida. Es muy típica en jóvenes que inician en el atletismo o puede ser producida por un cambio de deporte, de calzado, de terreno, etc.
- Reposo deportivo más o menos largo.
- Aplicación de frío y reposo deportivo.
- Anti-inflamatorios por vía oral o local. Averiguar la causa que lo ha producido, que normalmente es el mismo deporte.
Fractura por estrés o sobrecarga
Estas lesiones óseas se producen por microtraumatismos de repetición y por una defensa inadecuada del hueso correspondiente.
Está relacionada siempre con la actividad física y con un gesto repetitivo y continuo.
Los impactos repetitivos además pueden provocar un edema óseo. Su sintomatología es exclusivamente dolor.
El tratamiento principal es el reposo deportivo, evitando actividades de impacto que agraven la lesión. Es fundamental permitir que el hueso sane sin seguir recibiendo microtraumatismos.
Además, se recomienda:
Aplicación de frío local en fases agudas para reducir inflamación.
Analgésicos o antiinflamatorios prescritos por el especialista.
- Fisioterapia progresiva para la vuelta al deporte, con ejercicios de fortalecimiento y control biomecánico.
Arrancamientos óseos
Consiste en una inflamación de los músculos del pubis (abductores y abdominales) debido a su excesivo o prolongado.
Se manifiesta por un intenso dolor en la zona del abdomen y la zona pública.
Los factores de riesgo que ayudan a la aparición de la pubalgia son el agotamiento deportivo, la práctica de movimientos peligrosos o el sobreentrenamiento.
reposo deportivo y abstención de actividad física intensa hasta que el hueso y el tendón o ligamento implicado cicatricen adecuadamente.
En la mayoría de los casos no es necesaria la inmovilización rígida, aunque puede indicarse el uso de una faja o vendaje funcional para limitar el movimiento excesivo de la zona lesionada.
Además, el tratamiento incluye:
Aplicación de hielo en las primeras 48 horas para reducir la inflamación.
Medicamentos analgésicos o antiinflamatorios, según la valoración médica.
Fisioterapia personalizada para recuperar fuerza, flexibilidad y evitar recaídas.
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Fracturas óseas
Estas lesiones óseas no son más que la rotura de un hueso. Pueden ser debidas a gran cantidad de motivos como diferentes traumatismos severos (paradas, caídas, golpes…), aunque también por torsiones o fuerzas que superan la elasticidad natural del hueso.
Los síntomas más significativos de esta patología es principalmente el dolor agudo acompañado de impotencia funcional, deformidad, hematoma, fiebre, entumecimiento.
El tratamiento depende del tipo de fractura (fisura o rotura total), los antecedentes del paciente y el nivel de recuperación esperado. El objetivo es lograr que el hueso sane correctamente y recupere su función. El proceso suele dividirse en tres fases:
1. Reducción de la fractura
Se alinean los extremos del hueso para que cicatricen correctamente. Puede hacerse de forma manual o con cirugía, según el caso.
2. Mantenimiento
Una vez alineado el hueso, se inmoviliza con férulas, yesos o materiales quirúrgicos para evitar que se desplace durante la recuperación.
3. Rehabilitación
Incluye ejercicios de fuerza y movilidad para recuperar la función y estabilidad del área afectada.
