LESIONES TENDINOSAS TRATADAS CON LA MEJOR TECNOLOGÍA
Muchas lesiones tendinosas no se detectan fácilmente en reposo, ya que el dolor aparece principalmente durante el movimiento. Por eso, el diagnóstico suele requerir estudios de imagen dinámica, como ecografía musculoesquelética en movimiento o resonancia magnética, para evaluar el estado real del tendón.
Lesiones Tendinosas más comunes
Tendinitis rotuliana
La tendinitis rotuliana, también conocida como “rodilla del saltador”, es una lesión común en deportistas que realizan actividades con saltos o movimientos repetitivos como correr o pedalear. Se manifiesta con dolor en la parte frontal de la rodilla, a veces con inflamación del tendón rotuliano, y dificultad para movilizar la articulación.
Las causas suelen estar relacionadas con gestos deportivos incorrectos, sobrecargas por mal entrenamiento o, en algunos casos, alteraciones congénitas en la alineación de la rótula.
1. Ejercicios de estiramiento
Estiramientos suaves y constantes pueden aliviar espasmos musculares.
Se debe evitar rebotar durante el estiramiento para no agravar la lesión.
2. Ejercicios de fortalecimiento
Fortalecer los músculos del muslo disminuye la tensión sobre el tendón rotuliano.
Ejercicios excéntricos (bajar lentamente la pierna tras extenderla) son especialmente eficaces.
También se recomiendan ejercicios globales como la prensa de piernas para trabajar toda la musculatura de las piernas.
Manguito de los rotadores
La lesión del manguito rotador afecta a un grupo de músculos y tendones que rodean la articulación del hombro y permiten su movilidad y estabilidad.
Esta lesión puede deberse a movimientos repetitivos, sobrecarga, envejecimiento del tendón o traumatismos directos, y es una de las causas más frecuentes de dolor en el hombro, especialmente en personas activas o mayores de 40 años.
Los síntomas incluyen dolor al mover el brazo, debilidad muscular, molestias nocturnas e incluso limitación funcional para actividades cotidianas como levantar objetos o vestirse.
Reposo y modificación de actividad: evitar movimientos que generen dolor o esfuerzo sobre el hombro.
Aplicación de frío o calor: según la fase de la lesión, para reducir dolor e inflamación.
Fisioterapia especializada: incluye ejercicios de movilidad, fortalecimiento y técnicas manuales.
Ejercicios terapéuticos: enfocados en recuperar la fuerza y estabilidad del hombro.
Infiltraciones con corticosteroides: en casos de dolor persistente o inflamación severa.
Cirugía: indicada en roturas completas o lesiones que no mejoran con tratamiento conservador.
Síndrome de la banda iliotibial
El síndrome de la banda iliotibial es una inflamación e irritación del extremo inferior de este tendón, ubicado en la parte externa de la rodilla.
Es común en corredores y ciclistas, ya que suele aparecer por el uso repetitivo de la rodilla al flexionarla y extenderla constantemente.
También puede deberse a una falta de flexibilidad en la banda, lo que genera mayor tensión durante el apoyo en la carrera.
El dolor que presenta el paciente es difuso y se localiza en la zona lateral de la rodilla. El diagnóstico se basa en la evaluación clínica, y en algunos casos se complementa con una resonancia magnética para obtener mayor precisión.
Reposo y hielo para reducir inflamación y dolor.
Estiramientos y ejercicios para mejorar la flexibilidad y fortalecer cadera y muslo.
Medicación antiinflamatoria si el dolor persiste.
Fisioterapia personalizada para corregir desequilibrios musculares.
En casos crónicos, se puede considerar infiltración o cirugía.
Tendinitis
La tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, el tejido fibroso que conecta el músculo con el hueso y permite el movimiento de las articulaciones. Esta condición suele aparecer como resultado de movimientos repetitivos, sobrecarga muscular o envejecimiento del tendón, afectando con mayor frecuencia zonas como el hombro, codo, muñeca, rodilla y talón.
Los síntomas más comunes son dolor localizado, sensibilidad al tacto, rigidez articular e inflamación leve.
Reposo funcional: evitar actividades que causen o agraven el dolor.
Aplicación de hielo: reduce la inflamación en las fases agudas.
Fisioterapia: incluye masoterapia, estiramientos y ejercicios progresivos.
Ejercicios de fortalecimiento: para mejorar la función y prevenir recaídas.
Infiltraciones con corticosteroides: en casos persistentes o dolor intenso.
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tendinosis de los peroneos laterales
es una inflamación de los tendones que recorren la parte externa del tobillo y el pie, conocidos como peroneo largo y peroneo corto. Esta afección suele aparecer por sobreuso, mala pisada, esguinces mal tratados o el uso prolongado de calzado inadecuado. Es común en corredores, bailarines y personas que realizan actividades con repetidos cambios de dirección o carga lateral.
Los síntomas incluyen dolor en la parte externa del tobillo, sensación de inestabilidad, hinchazón leve y molestias al caminar o girar el pie hacia afuera.
Reposo relativo: limitar actividades que causen dolor o sobrecarga.
Aplicación de hielo: varias veces al día para reducir inflamación.
Fisioterapia: incluye movilización, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento progresivo.
Corrección biomecánica: uso de plantillas ortopédicas si hay alteraciones en la pisada.
Infiltraciones: en casos persistentes o con inflamación crónica.
Lesiones de los isquiotibiales
Las lesiones de isquiotibiales más comunes son las distensiones, la rotura de fibras y la contractura muscular y la causa más común de las lesiones es el traumatismo ocasionado por fuertes golpes.
Además, un sobreesfuerzo o un entrenamiento de fortalecimiento que no se combine con estiramientos musculares pueden ocasionar una distensión, contractura o rotura de fibras.
Reposo inicial: evitar actividades físicas que generen dolor o tensión muscular.
Aplicación de hielo: durante las primeras 48 a 72 horas para reducir inflamación.
Compresión y elevación: con vendajes o bandas elásticas para controlar la hinchazón.
Fisioterapia especializada: con técnicas manuales, estiramientos suaves y ejercicios de movilidad.
Ejercicios de fortalecimiento progresivo: para recuperar fuerza y prevenir recaídas.
Electroterapia o ultrasonido: como apoyo para acelerar la recuperación muscular.
