Luxación de tobillo: Todo lo que debes saber para recuperarte y volver al deporte con seguridad en 2026

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La luxación de tobillo es una lesión que genera preocupación y muchas dudas. No solo por el dolor que provoca, sino también por el impacto que puede tener en la movilidad y el rendimiento deportivo. En este artículo, te explicaré en detalle qué es, cómo se trata, qué ejercicios son los más recomendables para recuperarte y cómo prevenir futuras lesiones. Si tuviste una luxación o un esguince de tobillo, aquí encontrarás una guía clara, profesional y confiable para entender tu lesión y volver con confianza al deporte.

Una luxación de tobillo ocurre cuando los huesos que forman la articulación del tobillo (la tibia, el peroné y el astrágalo) se desplazan de su posición normal. A diferencia del esguince de tobillo, donde solo se lesionan los ligamentos, en una luxación hay una pérdida total del contacto articular. Es una lesión grave que suele requerir atención médica inmediata.

Generalmente, la luxación se produce tras un golpe fuerte, una caída o un movimiento forzado del tobillo. En muchos casos, está asociada a fracturas o desgarros importantes de los ligamentos. Es una lesión más común en deportes de impacto como el fútbol, el básquet o el trail running, aunque también puede ocurrir en la vida cotidiana, especialmente si se tiene inestabilidad previa.


Las luxaciones de tobillo pueden clasificarse según la dirección del desplazamiento del astrágalo respecto a la tibia y el peroné. Las más comunes son:

Tipo de LuxaciónDescripciónFrecuencia
PosteriorEl astrágalo se desplaza hacia atrás respecto a la tibia.Más frecuente en caídas hacia adelante.
AnteriorEl astrágalo se mueve hacia adelante.Suele ocurrir por impactos directos en la parte posterior del tobillo.
MedialEl pie se desvía hacia el interior.Asociada a fracturas del peroné.
LateralEl pie se desvía hacia el exterior.Común en esguinces graves.
Superior (vertical)El astrágalo se desplaza hacia arriba.Muy rara, generalmente causada por caídas desde altura.

Cada tipo de luxación requiere un enfoque distinto de tratamiento y rehabilitación. Identificar el tipo es fundamental para planificar una recuperación segura y efectiva.

Los síntomas de una luxación de tobillo son intensos y aparecen inmediatamente tras el trauma. El signo más evidente es la deformidad visible del tobillo: la articulación se ve fuera de lugar y el pie puede quedar en una posición anormal.

Otros síntomas incluyen dolor agudo, hinchazón rápida, imposibilidad total de apoyar el pie y, en muchos casos, daño en la piel por la tensión interna. En ocasiones, la persona puede escuchar un “chasquido” al momento de la lesión. Si hay una fractura asociada, el dolor será aún más intenso.

Es importante no intentar colocar el tobillo en su lugar por cuenta propia, ya que se pueden agravar los daños a los nervios o vasos sanguíneos. La atención médica inmediata es esencial para evitar complicaciones.

El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la luxación. En la mayoría de los casos, se requiere una reducción (recolocar el tobillo en su posición anatómica) realizada por un especialista. Posteriormente, se inmoviliza el tobillo con una férula o yeso durante varias semanas.

En los casos más graves o con fractura, puede ser necesaria una cirugía para reparar ligamentos o fijar los huesos con tornillos o placas. Tras la inmovilización, se inicia una fase progresiva de rehabilitación, que incluye ejercicios específicos para recuperar la movilidad, fuerza y estabilidad del tobillo.

Durante el tratamiento, es fundamental mantener el pie elevado, aplicar frío local y evitar el apoyo hasta que el médico lo autorice. La paciencia y la constancia son claves para una recuperación completa.


La recuperación de una luxación de tobillo varía según la gravedad de la lesión y el tratamiento aplicado. En promedio, puede tardar entre 8 y 12 semanas para recuperar la función básica, aunque los deportistas suelen requerir más tiempo antes de volver al entrenamiento completo.

Durante esta etapa, el objetivo principal es restaurar la movilidad, la fuerza y la propiocepción del tobillo. La fisioterapia juega un papel central, ya que ayuda a reeducar los músculos y prevenir recaídas.

La fisioterapia es esencial tras una luxación o un esguince de tobillo. En las primeras fases, se busca reducir la inflamación y el dolor mediante crioterapia, masajes y movilizaciones suaves. Luego, se incorporan ejercicios para el tobillo que fortalecen los músculos estabilizadores y mejoran la coordinación.

Algunos ejercicios comunes incluyen: movimientos de flexión y extensión, equilibrio en un solo pie, ejercicios con banda elástica y trabajo en plataformas inestables. Estos ayudan a recuperar la confianza en la articulación y preparan el tobillo para volver a la actividad física.

Sí, se puede volver al deporte tras una luxación de tobillo, pero solo cuando el tobillo haya recuperado completamente su estabilidad y fuerza. Es fundamental realizar una evaluación funcional con el fisioterapeuta o el médico antes de regresar a la práctica deportiva.

El retorno debe ser gradual: primero con ejercicios de bajo impacto (como natación o bicicleta) y luego con actividades específicas del deporte que se practica. Usar una tobillera o vendaje funcional durante las primeras semanas puede ayudar a prevenir nuevas lesiones.

Diagrama anatómico del tobillo mostrando la articulación y ligamentos - clinica de lesiones deportivas

Aunque no se pueden evitar todos los accidentes, es posible prevenir los esguinces de tobillo y reducir el riesgo de una luxación mediante ejercicios de fortalecimiento y propiocepción.

Realizar ejercicios para el tobillo regularmente, mantener una buena flexibilidad y usar calzado adecuado para cada actividad son medidas efectivas. Además, calentar correctamente antes del entrenamiento y respetar los tiempos de descanso ayudan a mantener el tobillo fuerte y estable.


¿Cuál es la diferencia entre una luxación de tobillo y un esguince de tobillo?

La luxación implica el desplazamiento total de los huesos, mientras que el esguince solo afecta los ligamentos sin pérdida completa del contacto articular.

 ¿Cuánto tarda en sanar una luxación de tobillo?

Entre 8 y 12 semanas, dependiendo del grado de la lesión y del tratamiento recibido.

¿Qué ejercicios para el tobillo puedo hacer en casa después de una luxación?

Movimientos de flexión, estiramientos suaves, equilibrio y ejercicios con banda elástica bajo supervisión profesional.

¿Una luxación de tobillo puede dejar secuelas?

Sí, si no se trata adecuadamente, puede generar inestabilidad crónica o dolor persistente.

¿Cómo evitar un nuevo esguince de tobillo después de una luxación?

Fortaleciendo los músculos, mejorando la propiocepción y usando calzado deportivo adecuado.

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